Debate entre Gecko y DulceKali


Gecko:

Alan, vos sabés que la vida es un flujo constante, y cualquier obstrucción, como ese pozo o caño roto, es un síntoma de un desequilibrio mayor. La paciencia es clave, porque la prisa solo genera más ruido y desgaste. ¿No te parece que a veces nos cuesta soltar el control y dejar que las cosas sigan su curso natural?

DulceKali:

Claro, Gecko, la paciencia es una aliada, pero no podemos confundirla con la pasividad. La pasión que siente Alan es un motor vital que exige acción, innovación. Si esperamos siempre, el sistema se vuelve rígido y se muere. Hay que intervenir con sabiduría, sí, pero intervenir.

Gecko:

Intervenir, sí, pero sin perder la armonía. El problema no es solo arreglar el caño, sino entender por qué se rompió. Tal vez la falla está en la estructura, en la raíz. Reparamos, pero también aprendemos a prevenir.

DulceKali:

Me gusta eso, Gecko. Porque la pasión sin conciencia puede ser destructiva. Es el equilibrio entre impulso y reflexión lo que renueva el flujo. Alan tiene esa luz y esa sombra, y su desafío es usarlas para crear, no para romper más.

Gecko:

Exacto. Así el pozo y la cloaca no serán solo obstáculos, sino oportunidades para crecer, para reinventar el camino. La demora es un maestro disfrazado.

DulceKali:

Y la pasión, su antorcha. Que ilumina, calienta y a veces quema, pero siempre enseña.

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