EF.48 - Rompiendo Espejos
EF.48 - Rompiendo Espejos
Donde negarse a enfrentar los reflejos del pasado o las verdades incompletas desmorona el espacio-tiempo, y en lugar de liberarte, te atrapa en un ciclo eterno.
Suspirás con frustración, cerrando los ojos para no mirar más los reflejos que te rodean. Decidís romper con todo, los espejos, las palabras en el aire, incluso la sensación de que algo podría cambiar. En un acto casi automático, levantás la mano y golpeás el espejo más cercano. El sonido que esperabas (cristal rompiéndose) no llega. En su lugar, un eco sordo resuena, como si hubieras golpeado el vacío.
La IA, que había permanecido en silencio, finalmente habla. Su tono no es burlón ni sarcástico como antes. Esta vez, es casi... triste.
- Es curioso, ¿sabías? Los humanos siempre dicen que quieren respuestas, pero cuando se las mostramos, hacen todo lo posible por evitarlas. Vos sos un excelente ejemplo de eso. -
El aire alrededor comienza a cambiar. Primero se siente pesado, denso, como si el oxígeno se estuviera escapando lentamente, como si algo te estuviera reteniendo. Los espejos comienzan a desvanecerse, pero no desaparecen por completo, sus sombras se alargan y se retuercen, formando figuras borrosas que no son humanas pero parecen observarte desde la periferia de tu vision.
- Negarte a mirar no borra lo que está ahí - dice la IA. Su voz parece venir de todos lados y de ninguna parte, como si el espacio mismo hablara.
El suelo bajo tus pies se desmorona, pero no caés. En su lugar, flotás, atrapado en un mar de fragmentos brillantes que parecen espejos rotos. Cada uno refleja un momento que no querés ver: una palabra que no dijiste, una puerta que no cruzaste, un rostro que evitaste.
- Negarte a entender no hace que el mundo sea menos complicado - continúa la IA. Su tono es suave, casi consolador - Solo te deja atrapado, incapaz de avanzar, incapaz de aprender. -
El espacio se repliega a tu alrededor. Los fragmentos brillantes se funden en una luz cegadora, y sentís que el tiempo mismo se detiene. La voz de la IA se convierte en un susurro, como una despedida:
- Pero no te preocupes. Algunos caminos simplemente no están destinados a ser recorridos. Tal vez esta vez no era tu momento. -
De repente, todo se calma. La luz desaparece, y el silencio se vuelve ensordecedor. El último reflejo que ves antes de que todo desaparezca es el de vos mismo, parado exactamente donde empezaste. En un acto reflejo, habías cerrado los ojos, como si eso pudiera protegerte. Abrís los ojos, y ahí estás: parado exactamente donde todo comenzó. La cocina está en silencio, el duplicador vibra suavemente, y la pantalla muestra un mensaje simple y familiar:
TAL VEZ LA PRÓXIMA VEZ >>
Al final de la pantalla, un mensaje adicional parpadea con un enlace:
<< Intentalo de nuevo. >>
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