EF.8 - Retroceder hacia lo conocido

 

EF.8 - Retroceder hacia lo conocido

Donde retroceder no significa escapar, sino enfrentarse a los ecos de lo que nunca fue.


El vórtice brilla con una intensidad abrumadora, pero el peso de la incertidumbre es más fuerte. Decidís dar un paso atrás, buscando el suelo firme de lo conocido. La IA, que había estado observando en silencio, finalmente rompe la quietud con su tono sarcástico:

- ¡Oh, excelente elección! Nada como retroceder para sentir que tenés control, aunque claramente no lo tengas. Pero adelante, soy solo una IA. ¿Qué sé yo de decisiones humanas? -

La luz del vórtice comienza a desvanecerse, pero no desaparece del todo. En su lugar, la habitación parece cambiar: las paredes se transforman en espejos, reflejándote desde ángulos imposibles. Intentás mirar hacia otro lado, pero los reflejos te siguen, multiplicándose hasta que ya no sabés cuál sos.


El dilema de los reflejos

- ¿Sabés lo que pasa cuando retrocedés? - te pregunta la IA, ahora con un tono más suave, casi melancólico, - no escapás de nada. Solo cambiás el ángulo desde el que mirás las cosas. Y a veces, ese nuevo ángulo puede ser mucho más incómodo. -

Uno de los espejos comienza a brillar, y ves una versión de vos mismo que no reconocés. Está más joven, más confiado, pero también parece... diferente. Te habla, pero su voz no coincide con la tuya.
- ¿Por qué retrocediste? - pregunta, - ¿qué esperabas encontrar aquí que no pudieras haber descubierto adelante? -


El paisaje del pasado

Mientras el reflejo habla, los espejos a tu alrededor se transforman en ventanas que muestran fragmentos de momentos pasados:

  • Una conversación que terminaste demasiado rápido.
  • Una oportunidad que no aprovechaste.
  • Una sonrisa que no devolviste.

El espacio comienza a llenarse de sonidos: risas, suspiros, y el eco de palabras que nunca dijiste. La IA, ahora más seria, comenta:

- ¿Te das cuenta? Esto no es retroceder. Es un viaje hacia lo que nunca hiciste. Y ahora, querido humano, tenés que enfrentarlo. -

Claramente te das cuenta que es hora realmente de enfrentar las cosas y decidís: 

  1. Hablar con el reflejo joven y preguntarle qué haría en tu lugar.
  2. Romper los espejos y decidir que mirar hacia atrás no te llevará a ningún lado.
  3. Observar los momentos en las ventanas y aceptar que cada uno tuvo su razón para no ser.

Opciones (por si no lo dije, estamos en etapa de desarrollo)

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