🛰️ Entre Escamas y Obreros: La Condición Humana en la Dicotomía Galáctica
Análisis político-cultural del manuscrito Mijailov, su mitología del poder y la lucha del pueblo entre élites reptilianas y utopías populares
1. Introducción: Una cápsula no tan ficticia
En el corazón de la narrativa, el “documento” que constituye Dicotomía Galáctica se presenta como un artefacto de ficción ucrónica. Sin embargo, bajo su apariencia de relato conspiranoico, late una estructura alegórica que revela, con crudeza y lucidez, una lectura crítica del sistema de poder real en el que estamos insertos. La historia no solo juega con códigos sci-fi y humor absurdo: nos invita a leer lo real a través de lo imposible.
La lucha entre reptilianos y socialistas no es literal: es simbólica. Una forma de encarnar dos formas de organización del poder humano (y poshumano):
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una elitista, tecnológica, fría, “eficiente”, representada por los reptilianos;
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y otra popular, caótica, emocional y resiliente, encarnada en el socialismo nacionalista-populista, de raíz sudamericana.
2. Los Reptilianos: tecnocracia, control y simulacro
Los reptilianos representan una hiperrealidad.
No necesitan ser creídos como alienígenas: funcionan como metáfora de las élites globales que ejercen poder desde el anonimato y la simulación. Son CEO, financistas, filántropos con fundaciones brillantes y corazones vacíos.
En la historia, su arma principal no son las armas, sino el relato y la genética:
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manipulan mercados, cultura y ADN humano;
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producen figuras como Adolf, diseñadas para dominar a través del discurso (una crítica feroz al poder hipnótico de ciertos líderes mediáticos del siglo XX y XXI);
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se infiltran como optimizadores, en ONGs, universidades, apps.
Su lenguaje no es el de la sangre, sino el de la eficiencia, la razón instrumental, la neutralidad fingida. Son lo “neutral” que decide por todos.
El mensaje es claro:
“Si no sabés quién decide tu vida, entonces es un reptiliano quien la está diseñando.”
3. El Génesis Rojo: pueblos mutantes contra el orden frío
La respuesta humana no viene de las cúpulas, sino de los márgenes.
El GÉNESIS ROJO representa la resistencia de los pueblos cuando se organizan como cuerpo político encarnado.
La figura del agente Mijailov, un híbrido soviético que termina rebelándose contra su propia ingeniería genética, es la imagen perfecta del traidor al sistema que se vuelve humano por elección ética, no por programación.
Él se sacrifica, sangra cada invierno, pero se niega a obedecer.
Es el arquetipo del disidente lúcido, el que sabe que la lucha no es entre países sino entre estructuras y pueblos.
La narrativa ubica a los obreros, a los trenes, al vodka, a Stalingrado como símbolos de una resistencia que no se da en salones diplomáticos sino en fábricas, barrios y plazas.
4. La ucronía populista: cuando el pueblo conquista el cielo
La hipótesis de “qué hubiera pasado si los rusos no detenían a Hitler” abre paso a una ucronía bella y terrorífica a la vez:
el planeta es conquistado por un orden reptiliano que, a fuerza de opresión, despierta en los pueblos una forma superior de organización social.
Allí nace TierraJusta.ARG, un planeta gobernado por clones de Perón y una Eva cuántica que canta tangos desde las redes sociales.
Lejos de una caricatura, lo que propone el texto es una mitología del populismo como herramienta de redención política del pueblo, un populismo intergaláctico, donde:
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La CGT Intergaláctica reemplaza al FMI.
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Las obras públicas no paran ni en domingo.
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El dinero es ternura.
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Los trenes funcionan en Marte.
Es un mundo donde el orden no viene de arriba sino de abajo, y donde el caos humano se vuelve virtud porque impide que la eficiencia se vuelva tiranía.
5. El verdadero centro: el lugar del ser humano
Pero, ¿qué pasa con las personas en todo esto?
La historia nos muestra que el pueblo nunca es espectador: es campo de batalla.
Los humanos no son solo víctimas del juego reptiliano ni héroes del populismo industrial. Son seres lanzados a una historia que los supera, pero que pueden modificar si recuperan la memoria, la duda y el deseo.
Cuando Mijailov dice:
“El amor por la justicia, aunque te hayan criado en un laboratorio, te puede partir el código por dentro.”
está declarando que la humanidad no se define por sus condiciones, sino por su capacidad de transformarlas.
El lector es interpelado directamente. No como consumidor de una historia, sino como posible protagonista de un cambio.
“Si estás leyendo esto, ya sos parte.”
6. Conclusión: política-ficción como espejo
Dicotomía Galáctica no es solo una historia, es un mapa.
Un espejo retrovisor hacia futuros que no ocurrieron pero que aún podrían gestarse.
Su potencia radica en eso: no dice "esto fue así", dice:
"¿Y si todo fuera distinto? ¿Y si todavía pudiéramos imaginar otra cosa?"
Y ese "otra cosa" no es necesariamente realista.
Es utópico, delirante, hermoso, contradictorio, como todo lo verdaderamente humano.
🧠 Reflexión final
La lucha entre reptilianos y socialistas no es la lucha entre especies:
es la lucha entre el control total y la vida viva.
Entre quienes planifican el mundo como una app,
y quienes todavía sueñan con empanadas interplanetarias y trenes que lleguen a tiempo.
Y en esa lucha, como siempre,
el pueblo —vos, yo, todos—
no es solo espectador.
Es terreno.
Es semilla.
Y quizás...
también sea la chispa.
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