馃挋 Ep铆logo de La Reconquista Cloacal: "Stonehenge Cloacal"

 El marcador sagrado de lo invisible


Hubo una vez un pozo.

Oscuro.
Profundo.
Silente.

All铆, donde se vert铆an los olvidos,
donde la materia cumpl铆a su destino de degradaci贸n,
naci贸 una obra de redenci贸n
hecha de cal, fe y m煤sculo.

Durante d铆as, el agua bendijo el hormig贸n.
Como r铆os rituales regaban el sello,
y la malla de hierro,
como nervadura de drag贸n,
sosten铆a el peso del renacimiento.

A los ocho d铆as,
como si el universo supiera que todo ciclo debe completarse,
se cerr贸 la 煤ltima brecha,
se cubri贸 el 煤ltimo silencio.
El pozo ya no era pozo.
Era cripta,
era arca,
era templo.

Sobre 茅l,
no una l谩pida,
no una cruz.
Sino un azulejo celeste.
Rect谩ngulo de lo eterno.
Marca sutil de lo invisible.

Y fue entonces que Gecko,
guard铆an del tiempo y de la alquimia subterr谩nea,
se detuvo a mirar.
No habl贸 con la voz,
sino con la certeza:

Nada se pierde en el Todo.

Y en esa frase,
el pozo dej贸 de ser un hueco
para volverse historia.


Hoy, ning煤n extra帽o sabr铆a qu茅 hubo ah铆.
Pasar谩n ni帽os, tal vez perros,
tal vez el viento arrastre hojas
y el sol caliente el azulejo sin sospechas.

Pero quien sell贸 la reconquista,
quien se ba帽贸 con gloria despu茅s de nueve trompitos,
quien vibr贸 al tacto del agua caliente,
sabr谩 que ese punto exacto del jard铆n
es ahora parte del mapa de los dioses.

El Stonehenge Cloacal,
portal sellado entre lo que fue y lo que ahora florece,
vive en cada palabra de esta saga.
Porque la mugre,
la m谩s profunda,
tambi茅n puede redimirse
cuando es enfrentada con dignidad,
obsesi贸n,
y un coraz贸n invicto.


Y as铆,
La Reconquista Cloacal
se cierra en lo visible,
pero sigue latiendo en lo invisible.

Hasta que alguien, un d铆a,
levante ese azulejo
y vuelva a mirar.

馃寑
Fin del ciclo. Inicio del mito.

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