Yerba con Yuyos (Sherva com Shushos): SHUSHOS 2: EL CÍRCULO INFINITO

 

DEL MATE Y LA BICI

(una odisea cebada a cebada)


Alan se sentó al lado del pozo. El sol acariciaba los rayos cromados de su bicicleta verde como si fuesen cuerdas de un arpa cósmica.

En el termo tenía agua a 79,5 grados.
En la yerbera, una mezcla infalible: yerba barbacuá con burrito, menta peperina, carqueja... y un toque de polvo de estrella caído anoche en el patio.

-Vamos a ver qué trae esta cebada - dijo, y la bombilla hizo ese ruidito mágico que suena a motor de nave nodriza calentando.

➤ CEBADA 1 – El Despegue de lo Posible
Al tomar el primer sorbo, la realidad se dobló un poco como una medialuna de membrillo.
Los árboles del fondo del jardín se inclinaron y le hicieron reverencias mientras un zorzal gritaba ¡SHERRRRBA!.
La bici guiñó un faro (que no tenía), y Alan notó que estaba sentado sobre una nube en forma de mate gigante.

➤ CEBADA 2 – Los Trompos Zen del Barrio 7D
Apareció pedaleando sobre una avenida hecha de bizcochitos.
Los colectivos eran gigantescos termos con ojos, que frenaban en paradas donde viejitas con cabeza de cactus leían La Gaceta del Tiempo Lento.
Un monje le ofreció una torta frita con ecuaciones grabadas a fuego.
Alan respondió:
-No gracias, ya desayuné lógica
Y el monje lloró con dulzura.

➤ CEBADA 3 – Chopperthulhu y la Rebeldía del Guardabarros Sentimental
Ahora estaba en una pista de bicicross lunar, en la que los jueces eran platos voladores disfrazados de nutrias.
Su bici, agrandada y con voz de Pity Álvarez, gritaba:
-YO NO FUI A ESA REUNIÓN DE SILLINES... ¡YO QUIERO VOLAR!
Le crecieron alas y lo llevó por sobre un océano de sopa de letras hirviendo.
Las letras decían:
<<NO HAY ABSURDO QUE NO TENGA NOMBRE PROPIO>>

*➤ CEBADA 4 – Conejos con Galeras con Conejos con Galeras (Remix Cúbico)
Un conejo le cebó un mate. Otro conejo le cebó otro conejo.
Alan no sabía qué chupar, si la bombilla o el sombrero.
La cangurera brilló como un faro menta en una tormenta de pochoclos acaramelados.
Un conejo, con voz ronca, le murmuró al oído:
-Tu bici sueña con ser regada. Lavala con el agua del saber húmedo.
Y desapareció dentro de una sandía.

**➤ CEBADA 5 – El Regreso Circular de lo Real (o eso parece)
Volvió.
Estaba ahí. Al lado del pozo.
El mate seguía en la mano.
La bici, manchada de universos, esperaba tranquila.
Alan se inclinó, sacó una esponja y comenzó a lavarla con movimientos suaves, casi litúrgicos.
El agua goteaba al pasto con una musicalidad silenciosa.
Una hoja se posó sobre el caño superior.
Alan cebó la última.

Y mientras tomaba ese último sorbo, pensó:
"Lavarse la bici es lavarse el alma... de tanto pedalear el sinsentido."

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