Nunca olvidaremos a Azul 2

 

(el arquetipo del broche perdido)

Siempre hay uno que falta.
Uno que estuvo ahí y ya no está.
Uno que cerraba la ronda, completaba la simetría o simplemente era parte del todo sin hacer ruido.
Ese es Azul 2.

Azul 2 no es un color, ni una posición.
Es el recuerdo de todos los broches que ya no están.
Los que desaparecieron en un tender ventoso,
en una mudanza distraída,
en el juego de un niño,
o en el lento desvanecerse de lo cotidiano.

Azul 2 es el que mirábamos sin mirar,
el que usábamos sin pensar,
el que un día ya no estaba.
Y su ausencia nos reveló su existencia.

Porque contar lo que queda también es contar lo que falta.
Y en ese contar, en ese “nos falta uno”,
vivimos el misterio de lo que el tiempo se llevó sin permiso.

Azul 2 es el arquetipo del broche perdido,
el símbolo de todos los objetos que amamos sin saberlo
hasta que un día no están más.

Y por eso,
cada vez que volvamos a ordenar,
a limpiar,
a contar,
a recordar…
volveremos a nombrarlo.
No por tristeza,
sino por gratitud.

Porque Azul 2 nos enseñó que incluso una pinza
puede ser un portal a la memoria.
Un acto de amor.
Un punto de unión entre lo visible y lo invisible.