El día que dejé de alimentar al sistema (Asistido por IA)
El día que dejé de alimentar al sistema
Por alguien que eligió vivir libre
No fue de un día para el otro. Pero hubo un día clave.
Un día en que me echaron de un trabajo que ya no representaba lo que era ni lo que soñaba. Mientras sonaba Black Hole Sun, sentí que algo se apagaba. Y sin embargo, también algo se encendía: la certeza de que ya no podía seguir dándole mi vida a un sistema que no me cuidaba, no me escuchaba, y no me dejaba ser.
Lo había venido planeando en silencio. Las inversiones, la independencia, las lecturas, los cálculos, las madrugadas de duda. Pero ese día fue el empujón final. Como si el universo me dijera “ya fue, ahora sos vos o nadie”.
No fue fácil. No es mágico. Pero fue real.
Y desde entonces, vivo de mis inversiones.
Al principio lo callé, por miedo, por culpa, por esa sensación rara de estar “traicionando” algo.
Pero hoy entiendo: no le hice un mal al sistema. Simplemente dejé de sostenerlo con mi esclavitud.
No me rebelé con odio, me retiré con dignidad.
Y dos años después, con todo ese aprendizaje encima, nació este blog. No como un producto de marketing.
Sino como una necesidad interna: compartir lo que aprendí, lo que viví, lo que funcionó y lo que no.
Si esto que estás leyendo te incomoda, quizás hay algo que pide cambio.
Si te inspira, bienvenido.
Estás en el lugar donde se habla de libertad financiera no como un sueño, sino como una elección.
No es para todos.
Pero si lo es para vos... ya sabés dónde encontrarnos.
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